martes, 28 de diciembre de 2010

¿A dónde vas, Gilgamesh?
La vida que tú buscas
nunca la encontrarás.

Tablilla X, columna 1

lunes, 18 de octubre de 2010

Contracaribe

1.
Como patada unánime en el culo o vuelo a lo pavote.
El placer irrumpe corrosivamente en este cuerpo
y es feroz la dualidad que me acecha en este campo imaginario.
El viento está por volarme los sesos y así:
al que no se murió lo están matando.
Y dije bien: el viento está por volarme o caer de cara al piso
y tender grandes puentes colgantes.

Es a mitad de la noche que viene a darse el desastre.
Noches en que ni una luz prendida puede salvarme.

2.
Como patada unánime en la cabeza más bestial,
un acceso de soledad a mitad de la noche a mitad de la labor sexual.
Entonces, es el resquicio del dolor sexual
y no ya el dolor que el resquicio va dejando.

Es como matarse allí donde nadie te ve
es como no poseer y ser poseído al mismo tiempo.

Cuando la entrada a todas las cosas es la emergencia.

3.
Como despertarse a mitad de la noche y respirar artificialmente,
es como amanecer en alguna posición (y la posición deberá ser festiva).
"...tutto l´amore, tutta la speranza in contradizzione con la azionne di l´attesa..."
(...todo el amor, toda la esperanza en contradicción con la acción de la espera...).

4.
a. Acaso un cuartel donde pudiera educarme. ¿Acaso la ley?
b. Donde pudiera en perspectiva desufriente.
c. Pero nada, acaso nadie podrá depositarme en los cajeros.
d. Seré pobre por siempre.

5.
Como caminar descalzo en asfalto calcinante.
¿O cómo es, cómo se es, cómo se hace?

6. (Posición festiva)

¿Y si dejo de actuar?
Lo mucho, lo poco como instancias inseparables de mi alma
y mi alma, salvaje restada de una gran suma
medición de mi fealdad en sus corazones.
¿Y si dejo de actuar?

El corazón se fisura después de la fiesta y
sólo queda el fondo, muerta la figura.
Este es mi estado, oscuro de nosotros, los víctimos los victoriosos
parias ridículamente incompatibles
degenerados por "el vértigo estúpido de las cosas".
Como no voy a morir si el reino humano me atribuye su carga virtual
y me sacrifica y luego no me reconoce.

Escribo con un cuchillo a mi lado, y en su filo brilla el sol.

¿Qué busco, qué estoy buscando?

Descifrar el enigma o dispararme,
descargar el arma en medio de la fiesta o
volverme a babear sobre la almohada.
"Tiempo y distancia"

¿Y si se cae el telón?
¿Qué dirá él, sobrecargado de mitos, de espectáculos?
La cobardía de este acto o el teatro de este corazón:
un débil estanque donde mojarnos los pies y sonreír hacia el parque,
hermoso mío, víctima de mi neurosis, mis sufragios.

Como sistema represivo viene a frenarme en medio de la fiesta
donde los putos bien vienen a
apoderarse de mis ojos,
me arrancan la mirada de un solo navajazo.
Y yo tiemblo rendido a los pies de cualquier culto marginal
(o practico la heredad de una cultura).

Pero mi posición es fatal, es dramática,
el teatro viene a fijarse en cualquier parte
y yo no soy capaz de soportar el tercer acto.
Ah...pero el último tiro, el de Hedda Gabler.

Aunque esta historia esta criminalmente hablando
reacción frente al amor y otros desastres
a todo lo que mi sociedad pacta secretamente
y a costa de mí conmigo
o todos nosotros pero solos
siempre solos y fugados en cuanto a todos.

Mientras, si supiera fabricar...

Instancias en que mi cuerpo me queda chico
(y el espectáculo no es menor)
excedido por un pensamiento monstruoso
sin poder trazar el límite de lo público y lo privado.
Cae el telón.

Jorge Agustín Romero.

miércoles, 14 de julio de 2010

No te estoy proponiendo nada (Carta abierta)

M.
Escribir (darte) esta carta es una aproximación a la distancia.
Algo, una sustancia opositiva de nosotros sobrevive en mí,
o acaso en mi memoria.
Y llamo memoria a toda muerte del amor.
¿Qué cercanía prevalece?
¿Qué exacto yo se oculta detrás de tu figura?
Tu cuerpo, depositario de todos mis excedentes, mis esclavitudes.
(Cierta facultad de herir por la herida misma).
Todo lo que vuelco en vos, todo signo de vos vuelve a mí destrozado.
Y roto y puto el corazón: ¿Quién de los dos es el preso?
¿Es el abandono una forma del amor? Digo, si el amor como un terror.
Quise yo. Quise siempre. Pero, el odio.
El odio como una catástrofe del olvido.
Acaso odiándote una estructura mía me impide atacarte:
así como atarte y darte en los exactos
o besarte y que nada nos sobreviva.
¿Quién es el preso?

¿Quién, por disposición de un fantasma, promueve el luto interminable?
¿Qué es lo intratable, lo innombrable del amor?

¿Cuándo dejarás de dolerme?

En esa instancia en que mi boca dice M, yo muero
y peor que muero: sufro. No siempre. Pero sufro.
Y recuero bailar junto a vos “esa canción francesa”
y tu bombacha siempre fija en el cajón.
La verde con puntillas, puntos, ligaduras.
¿Qué duración, qué eternidad nos liga? ¿Por qué el amor?
Y sí, todo amor promueve tajos y víctimas.
Pies fríos. Territorios de la cama que no me atrevo a ocupar.
Y tu bombacha siempre fija.

Esta carta como un arduo atardecer.
No por casualidad es domingo y llueve y hace lejos.
Lejos de mí.
Por si acaso lloro. Y pienso en los hombres que te tocan, que te tocarán.
Hombres que te desabrochan el corpiño con destreza.

La versión que propongo es la de verte a través de un vidrio.
O que mi corazón se desplome, viciado.

NO PUEDO SALIR DE ACÁ.

viernes, 23 de abril de 2010

Un estúpida canción
Mirame.
Este soy yo.
Esta es mi cama, mi campo alemán
el film donde sigo muriendo.
¿Cómo decirte?
Mi tiranía a fuerza de aferrarte
la justa soledad de mi cuchillo en tu corazón.
Huecos en los que lloro sin mirar la hora
noches en que el invierno mata a mis parientes
y por oposición no puedo hallarte
y sin embargo
una figura tuya se filtra en el terror de mi almohada
y tengo los pies fríos y soy la pesadilla que te asume
soy la pesadilla que te asume.
Es una canción triste, sí, pero debemos someternos.

Alle Anderen, de: Maren Ade






























lunes, 19 de abril de 2010

¿Cómo, quién no quiere la cosa?
Hartos ataques de la escasez, harto terror.
No pienso. No sé pensar. No puedo escribir.
Promuevo un suicidio que no puedo convenir con nadie.
Las cosas no han cambiado. Soy el mismo de siempre.
El implícito de la última fila
el puto, el maricón.
Siempre este clima marginal del porvenir,
esta sustitución del dolor por la cárcel misma
donde el sujeto viene a dar con la horca.
¿Acaso soy justo?
Ando como quien oye morir.

miércoles, 14 de abril de 2010

High definition

Es un dolor repúblico el que siento,
es un dolor central.
Como manada suelta me domestico los bolsillos
bajo un domingo bestial, bestializado.
La guerra no propondrá el asombro
ni la asamblea en los cuartos chicos,
ni yo ofreceré mi sótano u homenajes clandestinos.
La hora es justa.
Me pararé en la esquina como un violador
y miraré como rompen el nylon,
cómo accedo a la humanidad.

jueves, 25 de febrero de 2010

2x1

- Noche

La tristeza es unánime, y fiel y
todo lo que pueda tocarse esta noche

(todo lo que toco es frontera)

Me han dejado,
alucinado
en la hora extra.
Alguien, trabajándome en negro.

Y sin embargo existe un cuerpo que no puedo olvidar.
Este es el miedo que no puedo olvidar.

En la librería el sol apenas entra y
a mí me duelen los artefactos, las cosas que veo.
Y busco padres y madres en la mirada del otro,
pero no los encuentro. El otro me quita algo.
Llueve afuera, y la lluvia entra
y nos moja la cara
nos golpea.
¿Cuál es mi violencia cuando llueve?
¿Cuándo seré Patrón,
patrón común de alguien?


- Día

Es un día turro, franco
y duele el impacto del corazón sobre la cama
(y la cama se pudre en el patio)
Bajo esta voluntad de guerra, esta tristeza
lloramos una muerte ajena
cuando estamos todos muriendo,
y duele vernos caer en otros campos
en la concentración de otros disfraces.
Sigo lamiendo el plato y
hay pactos y leyes en el mambo militar de las miradas.
Bajo el fusil de buenos aires
bajo el bajo presupuesto que supone toda inercia,
sigo calcando el mismo terror
la cobardía de un aterrizaje.
Y pienso, demasiado pienso.
Pero todo suma,
su mano armada
su propina, mi soledad.

Y yo me aplaudo solo, pero es un gesto menor
una resistencia.

martes, 26 de enero de 2010

La eyaculación del paisano
Vale decir,
en el furor de mi hambre, en la furia de mi jet set
en esa jeta que se hiera con la paja de la palabra
en la miseria de la máscara de mi Generación.
¿Quién aspiró la última raya del pizarrón,
la última sílaba?
Y rayo la última tela,
y sufro por el último crayón del que omitió,
el homicida.
¿Y si morimos,
y si morimos en la ruta
por la muerte de un mirar,
por el polvo en suspensión,
por el animal suelto?
¿Y si matamos el chivo y
abandonamos el I-Chin?
Y mi canchita ancha para los partidos
los homenajes, los nomadismos.
Cada palabra desata un tutor una hondura
una razzia, su propio corso policial.
(Tengo la zona militarizada.
Los espero donde termina mi Derecho
y empieza la “democracia”).

martes, 12 de enero de 2010

El regalo de la mujer que amé, que seguiré amando...

no estàn muertos los pàjaros
de nuestros besos/
estàn muertos los besos/
los pàjaros vuelan en el verde olvidar/
pondrè mi espanto lejos/
debajo del pasado/
que arde callado como el sol/

Juan Gelman.

lunes, 11 de enero de 2010

Un hombre una mujer

¿Qué hombre podrá salvarme de este sol?

Y la pregunta matará la belleza.
Sé que estoy llorando.
Voy a llorar desde Trelew a Playa Unión.
Llorar mi soledad mi población
la última mujer
mis rayuelas con su deseo.

Pero proseguir
sin regresar al Proceso Amoroso, a su fácil gatillo.
El amor como un arma cargada en la garganta,
así ando, así me escondo.

¿Y en qué infancia de mi cuerpo ubicar el amor?
Pero no, este amor por el hombre no me atará nunca a la cama.
Mi cama está poblada de muertos, de hambre, de judíos.
Mi cama en exceso, me sobra.
Y es lamentable lamerse solo bajo este terrible cielo.

Todo
(y tomo cualquier parte)
funda un nuevo concepto de muerte,
una poesía mal escrita, un niño recién nacido.