Es un dolor repúblico el que siento,
es un dolor central.
Como manada suelta me domestico los bolsillos
bajo un domingo bestial, bestializado.
La guerra no propondrá el asombro
ni la asamblea en los cuartos chicos,
ni yo ofreceré mi sótano u homenajes clandestinos.
La hora es justa.
Me pararé en la esquina como un violador
y miraré como rompen el nylon,
cómo accedo a la humanidad.
miércoles, 14 de abril de 2010
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1 comentario:
Agus, como siempre...la potencia arrasando la quietud de los dias. Beso grande
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